Ante esta situación, se acostumbra a contentarse con lo establecido y a su vez a depender de lo que proporciona. El problema que hace tambalear la conciencia del individuo nace cuando no es posible saciar el apetito de consumo acostumbrado. Turba la sensación de inseguridad, tal vez sea el fin de la vida conocida. La adicción al estado de bienestar provoca que cuando éste no aparece seguro en el futuro comiencen los miedos. Incluso la izquierda hoy, que ha aceptado las mistificaciones del consumo espectacular, se encuentra con problemas para sustentar su único interés: El económico. La realidad es que se ha creado una sociedad de individuos convertidos en adictos a su condición de espectadores-consumidores, y ahora surgen problemas logísticos para suministrar la dosis acostumbrada de mercancías y espectáculo.
La izquierda moderada no se dio cuenta de que la miseria que en la actualidad invade la sociedad no tiene que ver con la miseria histórica asociada al hambre. La miseria actual es la relativa a la vida de espectador-consumidor. Aún viviendo en un estado de bienestar aparece la miseria de una vida aburrida y angustiosa, carente de experiencias y de aventura. Por supuesto se recurrirá a la herramienta predilecta de la izquierda antirrevolucionaria. El reformismo. Se buscan métodos desesperados de parchear una situación que se desborda desde hace ya mucho tiempo y cuyo derrumbe es cada vez más urgente.
Llegados a este punto deseamos romper con nuestra condición de espectadores y en vez de observar desde un asiento preferente el derrumbe de algo que no ha hecho más que ahogar y negar la vida, intervendremos en el espectáculo de la única manera útil y posible. Destruyéndolo.
Las reformas nunca han funcionado. Derribemos la Torre de Pisa.
Este texto ha sido extraído de la web Alasbarricadas: http://www.alasbarricadas.org/noticias/?q=node/9772
muy buen texto si señor, Muerte al reformismo!
ResponderEliminarwww.trebolnegro.wordpress.com
-Se buscan métodos desesperados de parchear una situación que se desborda desde hace ya mucho tiempo y cuyo derrumbe es cada vez más urgente-
ResponderEliminarGenial ésta frase.
¡Hay que ir más allá!
Salud...
Cualquier solución reformista no hace más que disimular la terrible situación en la que vive la humanidad y alejarnos un poco más de nuestro verdadero objetivo: la destrucción del sistema estatista-capitalista que destruye nuestras vidas. Esa es la única solución posible. Todo lo demás son columnas de humo y cantos de sirena promovidos, directa o indirectamente, desde el poder.
ResponderEliminarUn saludo paisanos y a seguir así.
Salud.